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miércoles, 29 de agosto de 2012

El conde Tolstoi como mentor del Mahatma Gandhi


Leo a un conocido biógrafo del Mahatma Gandhi:

Comenzó a formar una pequeña biblioteca de libros religiosos que le ayudaran a descubrir la verdad [...]. Leyó durante aquel año unos ochenta libros, [...] entre ellos El reino de Dios está en ti, de Tolstoi, que le conmovió profundamente (Robert Payne, Gandhi, p. 115).

Y siendo que tantísimas otras personas, antes y después de Gandhi, han leído este mismo libro, este gran libro del conde Tolstoi, como si nada, sin poder asimilárselo, se me viene al punto a la mente un inolvidable y acertadísimo aforismo de Georg Christoph Lichtenberg: "Aquel libro tuvo el efecto que los buenos libros tienen comúnmente. Hizo más ingenuos a los ingenuos, más inteligentes a los inteligentes, y los otros miles permanecieron inmutables".

jueves, 16 de agosto de 2012

La fama del viejo Schopenhauer, y la mía también



La obra cumbre de Schopenhauer, nos cuenta Rüdiger Safranski, "se gesta entre 1814 y 1818. Termina esta fase de su vida con la consciencia de haber culminado la auténtica tarea de su existencia. Después se presenta al público y tiene que comprobar, con desolación, que no hay audiencia para él" (Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía, p. 13). Mi obra cumbre también se ha gestado ya, porque no puedo calificar de otro modo a las investigaciones éticas que absorbieron mi tiempo intelectual entre los años 2007 y 2008. Y, al igual que Schopenhauer, compruebo que no hay audiencia para este conglomerado de magnas ideas.
El gran pensador pesimista se armó de paciencia, esperando que algún día lo "descubrieran", y ese día llegó, en abril de 1853, cuando Schopenhauer ya tenía sesenta y cuatro años. Sesenta y cuatro años siendo un don nadie y tan sólo siete para disfrutar los beneficios de la fama. Pero ¿de qué le sirve la fama a un pobre viejo? No de mucho si la comparamos con la fama en la juventud o en la madurez, que le brinda al individuo que la tiene una ilusoria pero no por ello menos vívida sensación de omnipotencia. Pero igual la disfrutó. Téngase por seguro que Schopenhauer disfrutó de sus últimos siete años mucho más, muchísimo más, de lo que la lógica le permitía visto y considerando su postura filosófica.
¿Y yo? ¿Podré disfrutar de algunos años de notoriedad, aunque más no sea en la senectud de mi existencia? Mi vanidad, lo que tengo de vanidoso, lo desea fervientemente; pero lo que tengo de filósofo, por poco que sea, me pide a gritos que rehúya el beso de la viuda negra.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Hacer carrera en filosofía


Más de un año ha pasado ya de mi deserción de la facultad de filosofía, y debo decir que no la extraño en absoluto.
Dijo Bertrand Russell:

La vida de Universidad es tan diferente de la vida en el mundo, que las personas que viven en el ambiente académico tienden a desconocer las preocupaciones y los problemas de los hombres y mujeres ordinarios; por añadidura, sus medios de expresión son generalmente tales, que privan a sus opiniones de la influencia que debieran tener sobre el público en general. Otra desventaja es que en las universidades están organizados los estudios, y el hombre al que se le ocurre algún medio de investigación original se sentirá, probablemente, desanimado (Bertrand Russell, "Elogio de la ociosidad", ensayo incluido en el libro Humanismo socialista (compilación de Fromm), p. 281).

Sí, por poco y no caigo en la trampa en que se debaten los universitarios --los alumnos y también los profesores--, y que consiste en estudiar --o enseñar-- lo que está de moda y no lo que conviene, lo que conviene en general y lo que nos conviene a cada uno en particular de acuerdo a nuestra idiosincrasia. Esas conveniencias no se respetan en las aulas, y los alumnos pagan muy caro ese descuido.
¿Qué habría sido, por ejemplo, del gran Arturo, del gran Schopenhauer, si en vez de dedicarse toda su vida a escribir y a filosofar lo hubiesen aceptado como profesor de filosofía? Habría sido un profesor más, y habría perdido la filosofía del siglo XIX a uno de sus mejores representantes.
Leo ahora a Rüdiger Safranski:

En el ambiente profesional de la filosofía, [Schopenhauer] careció de oportunidades y finalmente dejó de buscarlas. Ello le resultó beneficioso: el aguijón existencial que le empujaba a filosofar no llegó a disiparse en la actividad social del gremio. Su mirada conservó la agudeza y pudo contemplar la desnudez de los que reinaban en las cátedras alemanas. Se percató igualmente de las ansias de hacer carrera, del afán de originalidad a toda costa y de los intereses económicos que se vislumbraban a través de las redes de sistemas tan artificiales (Rüdiger Safranski, Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía, p. 10).

Tal vez algún día me decida y retome mis estudios universitarios, pero de lo que estoy seguro es de que nunca intentaré hacer carrera como profesor de filosofía.

martes, 14 de agosto de 2012

La verdadera democracia

Insisto con reflexiones de orden político. Sepan disculpar mi inconsecuencia, ya que siempre afirmé que las reflexiones políticas eran como un vuelo gallináceo en comparación con las reflexiones filosóficas, pero es que ya no dispongo del tiempo suficiente como para emular a los cóndores.
¿Cuál es el auténtico, el irrecusable disvalor mayor de la democracia? Descubrámoslo a través de la palabra del seudo fachista Pío Baroja:

He leído, como todo el mundo, algo acerca de la democracia, pero no tengo una idea clara de lo que es; etimológicamente significa gobierno del pueblo, pero yo creo --quizás me engañe-- que el pueblo no ha mandado nunca ni en los tiempos más revolucionarios y que tampoco mandará en el porvenir (Pío Baroja, Comunistas, judíos y demás ralea, p. 77).

Es éste un gran disvalor de la democracia, el de traicionar a su propia etimología, porque ni siquiera en tiempo de los griegos se cumplió eso de que el pueblo gobernara.

¿Que tienen representantes o delegados que mandan por él? Riámonos de eso. Es la farsa más estupenda que se ha inventado (ibíd, p. 77).

Sí: pretender que en una democracia el pueblo gobierna, o que los presidentes, diputados y senadores representan al pueblo y velan por él, es para reírse. Pero no es aquí en donde deberemos buscar su mayor podredumbre, sino más bien en esa manía que tienen los demócratas, y los políticos idealistas en general, de pretender arribar al "estado de bienestar" como consecuencia de un ascenso generalizado no del espíritu de la gente, sino de su rango. La democracia, la bendita democracia,

ha inculcado en todos el ansia del perfeccionamiento social, el anhelo de escalar posiciones y ha hecho que el hombre busque su progreso de fuera, su progreso que se podría decir objetivo, más que el subjetivo o de su ser moral (p. 78).

Vivir en democracia, hoy en día, es vivir de espaldas al hecho moral y de frente al hecho cívico o político. He ahí el quid de la cuestión, el porqué de la escasa búsqueda de valores que impera en nuestras actuales sociedades, presas del qué dirán y del qué no dirán, atribuladas por lo que se ve con los ojos de fuera y desdeñosas de lo que se percibe con los ojos de dentro.
Pero ¿será éste un vicio inherente a la democracia o sólo de la democracia tal como nos tiene acostumbrados en estos tiempos? Democracias espirituosas necesitamos, las cuales son concebibles, al menos en teoría; pero, paradójicamente, la democracia espirituosa sería una democracia de minorías. Una democracia espirituosa vendría a ser algo así como la cerveza sin alcohol: aunque pudiera ser que exista, prácticamente nadie la consumiría. La cerveza, la verdadera cerveza, pide alcohol, y la verdadera democracia pide vanidad, engreimiento, escalafones, pan y circo. 

jueves, 9 de agosto de 2012

La fortuna de Cristina Fernández de Kirchner (un pequeño intermezzo político, sepan disculpar)


La actual presidenta de los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, presentó esta semana, ha pedido de la Oficina Anticorrupción, su nueva declaración jurada. Cito al diario La Nación del día 7/8/12:

La presidenta Cristina Kirchner heredó de su marido, Néstor Kirchner, 31.637.916 pesos. Así se desprende de su última declaración jurada de bienes ante la Oficina Anticorrupción, la primera presentada tras la sucesión de los bienes que tenía la pareja presidencial.
En estos casos corresponde que la cónyuge reciba el 50 por ciento de los bienes y de las deudas del marido y la otra mitad se reparta entre los hijos en partes iguales. Así, en su declaración jurada, la Presidenta declara un patrimonio total propio de 39.572.589 pesos[1].
[...]
Los bienes declarados ante la Oficina Anticorrupción se corresponden con el patrimonio presidencial hasta el 31 de diciembre de 2011.
[...]
La presidenta declara haber obtenido en 2011 ingresos por 3.985.803 pesos en concepto de alquileres de las innumerables propiedades que tenía Néstor Kirchner en Santa Cruz.
[...]
La palabra herencia es la más repetida en la declaración jurada de bienes presidencial a la hora de explicar el origen de los fondos con los que incorporó al patrimonio sus bienes.
Así, sólo figuran como obtenidos con ingresos propios 35.000 pesos en efectivo y la mitad de su casa de Río Gallegos, adquirida en 1979, y la mitad de un departamento en Recoleta. El resto es herencia de Néstor Kirchner, donde se destacan la mitad de su camioneta Honda CRV y la mitad de casas, locales, departamentos y terrenos en Río Gallegos, El Calafate y Buenos Aires.
En esa larga lista de 28 propiedades se destacan lotes de hasta 47.000 metros cuadrados en El Calafate, con valuaciones fiscales de exiguos 3700 o 2440 pesos. También está declarado el 50 por ciento de la casa familiar de El Calafate donde murió Néstor Kirchner. Esa vivienda, de 520 metros cuadrados, tiene mejoras declaradas por 289.354 pesos. La Presidenta aclaró que las mejoras corresponden a las incorporadas a partir de la declaración de herederos y las posteriores hasta el 31 de diciembre de 2012.

28 propiedades en un país en el que la mayoría de la gente no posee ni una sola… ¿Qué decir, ante semejante fortuna declarada? Nada, porque ya lo dijo todo --y mucho antes de que se conociesen estos nuevos números-- José Pablo Feinmann, pensador afín al gobierno que no pudo disimular, en un rapto de sinceridad, su perplejidad de hombre de izquierda que defiende lo indefendible: Es muy incómodo adherir al gobierno de dos multimillonarios que están comandando un gobierno nacional, popular y democrático y te hablan del hambre"[2].






[1] Al cambio oficial, serían algo así como 8 millones y medio de dólares.
[2]Estas palabras aparecieron en una nota publicada por la edición digital del diario La Nación del 24/12/11. Aparecida la nota, Feinmann quiso desmentir el sentido de algunos conceptos que allí se le atribuyen desde un artículo publicado en el diario Página 12 (ver "El puñal en la espalda", 28/12/11), pero a mi juicio no supo cómo hacerlo y la embarró peor todavía. Por su parte, el autor de la nota, Ricardo Cánepa, salió al cruce también con su propia nota (ver "Conmigo no, Feinmann", edición digital del diario La Nación, 28/12/11), en la cual aparece, para desgracia de Feinmann, la grabación en video de la entrevista. Allí se lo ve a Feinmann, se ve su boca, pronunciando estas palabras: "No me parece un tema menor (el del crecimiento patrimonial de los Kirchner). Habría que hacer un muy buen análisis de cómo creció ese patrimonio, que alguien demuestre con qué mecánica se hizo la extracción ilegal. Eso me tranquilizaría mucho más. Me dolió cuando se habló de un hotel de dos millones de dólares que pertenecía a Néstor Kirchner. Pero no me duele tanto: no tengo mi causa total comprometida con los Kirchner y estoy acostumbrado a que los líderes en los que uno confía hagan también grandes macanas. Yo creí, o quise creer, en Perón. Fijate cómo me fue y cómo nos fue a todos. La cabeza, a esta altura, no la doy por nadie. Uno sufre con estas cosas porque desearía que se aclaren y que ellos digan: «Esto viene de acá». Y que les quiten la incomodidad a los que adhieren al Gobierno porque es muy incómodo adherir a un gobierno de dos gobernantes multimillonarios que están comandando un gobierno nacional, popular y democrático, y que te hablan del hambre. Por ejemplo, cuando Cristina dice que es la primera que renuncia a los subsidios, sería muy bueno un acto simbólico: «Yo doy 10 millones de dólares para hacer un barrio en tal lugar»". La verdad y la sensatez a veces brotan como un vómito, inesperadamente y a disgusto, para dejarnos luego un sabor amargo en la boca. Amargo para los que piensan, como Feinmann, que las verdades y las sensateces, en determinadas ocasiones, es mejor no vomitarlas.

lunes, 6 de agosto de 2012

Hitler, previo a la guerra, como benefactor de su pueblo

Leamos a Pío Baroja, "el precursor del fascismo español", tal como lo bautizó Giménez caballero, desde un ensayo que data de 1938:

Yo he estado un momento en Alemania, únicamente en pueblos próximos a Suiza. Suiza produce una impresión de orden, de confort y de arreglo, llegando de Francia. La Alemania actual la produce mayor.
Todo está hecho allí para el pueblo y, naturalmente, el pueblo está entusiasmado con un régimen de esa clase, que le va sacando del pantano en donde estaba hundido por la guerra mundial. La aristocracia de allí va desapareciendo, y la burguesía también: todo se hace en beneficio del que trabaja: del ingeniero, del mecánico, del labrador, del obrero, del pequeño empleado, de la criada de servir. Las grandes propiedades se acabaron, y los municipios han tomado de ellas para parques, para jardines escolares o para caminos lo que ha necesitado, sin indemnización alguna.
Los obreros gozan de vacaciones pagadas y viajan por todo el país; las criadas de servir tienen libre todo el domingo y no tienen que hacer la comida, ni nada, en los días de fiesta, disfrutan de la tarde del jueves, y todos los días, al acabar su trabajo, a las ocho u ocho y media de la noche, se retiran a su cuarto a leer o a coser. He oído hablar de disposiciones sorprendentes. Los solteros no pueden tener criados, los matrimonios tampoco, por ricos que sean, si no tienen hijos. Cierto que no hay allí mítines, ni manifestaciones, ni se canta la Internacional, ni hay banderas rojas; pero la vida está más colectivizada que en parte alguna. Aquello es la República de Platón, con la absorción del individuo por el Estado. Es Esparta idealizada. A un español, acostumbrado al desorden, le tiene que producir un poco de espanto un régimen así; pero hay que reconocer que es ultra-popular (Comunistas, judíos y demás ralea, VIII).

¿Era tan así, como la pinta Baroja, la realidad política y económica de la Alemania nazi anterior a la segunda guerra? Sería importante averiguarlo, porque entonces podríamos decir de Hitler que, antes de que se le deschavetara el moño completamente con sus persecusiones, asesinatos y ansias expansionistas, había sido un estadista que había entendido --he implementado-- el socialismo de un modo aceptable, mucho más aceptable que otros socialismos más explícitos que habían aparecido o que luego aparecieron. Pero recalco que Baroja no me merece gran confianza, de modo que intentaré recabar mayor información al respecto.

domingo, 5 de agosto de 2012

Los judíos y las piedras


Una perlita del antiguo testamento:

Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen; [...] si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven, entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.” (Deut. 22:13, 14, 20, 21)

Jaque a los judíos (y a los cristianos, que aún son legión, que sostienen que el nuevo testamento es una coherente continuación del antiguo). Ahora les toca mover a los exégetas, a ver cómo arreglan este desaguisado[1].


[1] "Marción --dice Ernest Renan-- pretende que la religión judía es una religión nefasta que Jesucristo vino a abolir” (Cristianismo y judaísmo, p. 29). Aquí hay dos afirmaciones; la primera es muy fuerte y no puedo aceptarla, la segunda sí, y de muy buena gana. Renan, en cambio, es de los que sostienen la hipótesis de una continuación lineal entre el judaísmo y el cristianismo: "El mundo --dice-- se hizo judío al convertirse a las leyes de dulzura y humanidad predicadas por los discípulos de Jesús". Según Renan, la judía es la primera religión pura, por ser la primera que toma en cuenta a la ética y que desdeña los sacrificios. Este purismo religioso comienza, dice Renan, a partir del siglo VIII antes de Cristo. Se crea en ese entonces el "dogma liberal en religión" a partir de los escritos de los antiguos profetas, especialmente Isaías, dogma que luego se reforzará con los libros sibilinos y la escuela de Alejandría. "En una palabra –concluye Renan--, la religión pura, que entrevemos como capaz de reunir a la humanidad toda entera, será la realización de la religión de Israel, la religión judía ideal, desembarazada de las escorias que puedan haberse entremezclado" (ibíd., pp. 39-40). La judía sería una religión ideal... si pudiésemos librarla de sus escorias. ¡Ciertamente, lo mismo que sería ideal la religión musulmana, o la hinduista o cualquier otra! El tema es que esas escorias están ya demasiado enquistadas en su cuerpo central como para pretender desembarazarse de ellas. Mejor sería la reivindicación de una religión sin escorias, o con escorias menores, y esa religión es la cristiana, si mucho no me engaño.

jueves, 2 de agosto de 2012

La hipocresía al volante

Había decidido no volver a manejar automóviles. El automóvil es el vehículo de los burgueses, de los que no se interesan por la ecología, me decía a mí mismo con sabiduría. Llegué incluso a escribir una ritma alusiva, intitulada "Auto de fe":

  "¿Por qué te niegas obstinadamente
a conducir vehículos automotores?
¡El carro alegra el vivir de la gente,
tu terquedá es hija de tontos candores!"

    No soy un terco, soy un ser humano
que se conduce siempre por la misma pista;
 y sé que hay gran contradicción, hermano,
si a la vez soy poeta y automovilista.

Pues ocurrió que caí, una vez más, en la contradicción, y despisté: hoy me entregaron mi nuevo registro de conductor.