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domingo, 14 de abril de 2013

El hombre-masa según Vaz Ferreira


¿Qué opinión tenía Vaz Ferreira del hombre-masa? Una no muy buena:

Cuando yo era Decano en la Sección de Enseñanza Secundaria, tuve ocasión, y obligación, de disgustar a los estudiantes, oponiéndome a uno de esos pedidos de prórroga de exámenes, que son tan comunes. Fui, naturalmente, objeto de insultos y ofensas de todo género; y, finalmente, un grupo de estudiantes pasó por mi casa, en momentos en que no había en ella más que mi madre, en el balcón, y arrojaron piedras. Y bien: tengo la seguridad absoluta de que ninguno de los jóvenes que formaban parte de aquel grupo tenía, personalmente, ni la bajeza de sentimientos ni la cobardía que se necesita para ejecutar un acto de esa naturaleza. ¿Qué era, entonces? Sólo la influencia absolutamente deletérea que produce la colectivización, el arrebañamiento; todos los hombres, salvo los muy selectos, sufren por esta influencia; y la historia nos muestra casos en que la humanidad ha descendido, de ese modo, muy por debajo del nivel de la bestia (Moral para intelectuales, p. 146).

Según Vaz Ferreira, los modernos estudios de psicología de masas han llegado a la conclusión de que "la reunión de los hombres no da, en manera alguna, una resultante igual a la suma de sus cualidades; la resultante es más baja o tiende a serlo". Pero después, en nota al pie, atenúa el aserto: "A veces, al contrario, obrar o sentir colectivamente agranda, ennoblece o depura". Yo pienso exactamente lo mismo: en la mayoría de las oportunidades, la masa embrutece al individuo; pero en algunos muy puntuales casos, la masa lo purifica. Estadísticamente hablando, el saldo es negativo.

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