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martes, 18 de noviembre de 2014

La caída del muro de Berlín

Se cumplieron hace unos días 25 años de la caída del muro de Berlín. No sé qué significó, o qué consecuencias trajo este acontecimiento para el país que se tomó el trabajo de construirlo y luego de demolerlo, pero para nosotros, los "tercermundistas" (que así nos llamaban en aquella época), la caída del muro trajo consecuencias nefastas. Sí, porque la Unión Soviética oficiaba de contrapeso al capitalismo norteamericano, y una vez disuelta, el ideal capitalista mutó en capitalismo salvaje, como lo sabemos bien de sobra nosotros los argentinos y los demás habitantes de Sudamérica, que pasamos una década --la del 90-- a puro ajuste, a puro despido y a pura miseria. No estoy diciendo que tal comunismo soviético era bueno, simplemente digo que era un contrapeso. Siempre es mejor, en política, que haya dos ideales nefastos y no uno; eso mantiene las cosas en un relativo equilibrio. Hoy día, el sube y baja está desbalanceado, porque el gordo comunista se levantó y se fue y lo dejó solo al gordo capitalista, al tío Sam. Y nosotros, que nos balanceábamos entre medio de ellos, caemos ahora, por pura gravedad, en las fauces del capitalismo, y a punto está el gordo de comernos crudos.

¡Contrapeso, contrapeso necesita el mundo! 

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