Páginas

jueves, 4 de febrero de 2016

La belicosidad norteamericana

Y ¿cuál era la receta de Camba para devolverle la espiritualidad al pueblo estadounidense de principios del siglo XX?
Se debatía, en 1916, el ingreso de los Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial. Camba abogaba por este ingreso, aunque no por razones geopolíticas sino por una cuestión axiológica:

Yo creo que cualquier guerra --siempre que fuese una guerra justa, en la que el interés nacional coincidiese con principios de un orden general-- le convendría actualmente a este pueblo, tal vez demasiado metalizado, y en donde los valores materiales iban adquiriendo sobre los valores morales una supremacía tan grande. La guerra con Alemania sería una salvación espiritual (Un año en el otro mundo, pp. 136-7).


Pero visto está que, aunque efectivamente ingresaron, y no solo a esa guerra sino a la siguiente también, no salieron de aquellos trances menos metalizados y más espiritualizados que antes, sino todo lo contrario. La experiencia nos ha confirmado algo que yo presentía, aunque Camba no, y es el hecho de que la guerra, como proceso integral, más allá de algunas excepciones puntuales completamente menores, no es deseable en sentido ético, y si puede llegar a presentarse como una especie de remedio contra ciertos males sociales, cabe decir que este remedio será siempre peor que la enfermedad que pretende curar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario