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lunes, 11 de julio de 2016

Immanuel Kant y el imperio del dogma

Y sin volar tan alto, descendiendo de la metafísica y apropincuándonos a la mera física, a la epistemología, aquí también Emanuel derrapa:

Por lo que toca a la certeza, he fallado sobre mí mismo el juicio siguiente: que en esta clase de consideraciones no es de ningún modo permitido opinar y que todo lo que se parezca a una hipótesis, es mercancía prohibida que a ningún precio debe estar a la venta, sino ser confiscada tan pronto como sea descubierta (prólogo a la primera edición de la Crítica de la razón pura).


Dice esto porque supone que la ciencia debe basarse, exclusivamente, en juicios sintéticos a priori, cuya certeza es necesaria y apodíctica. Ya he dicho en otra parte lo que opino sobre estos juicios (ver las entradas de los días 4 y 5/8/8), solo diré ahora que me alegra soberanamente que las disciplinas científicas de hoy día sean mucho menos dogmáticas y mucho más modestas que como las imaginaba el gran pensador de Königsberg.

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