Páginas

domingo, 22 de abril de 2018

El pampsiquismo de Maupertuis


Algunos de los materialistas franceses del siglo XVIII han sido pampsiquistas o hilozoístas. Entre ellos destaca Pierre Louis Maupertuis, pensador que comprendió, cien años antes de El origen de las especies, que la hipótesis del transformismo no es demasiado convincente si no aceptamos que en la materia bruta, per se, existen vestigios de vida. En su breve opúsculo titulado Sistema de la naturaleza. Ensayo sobre la formación de los cuerpos organizados (1753) sentó las bases de un pampsiquismo científico o metacientífico necesario para la buena lubricación de la hipótesis del transformismo. En el § XIV, por ejemplo, aclara por qué se necesita del pampsiquismo para entender la evolución de la vida si se descarta el creacionismo:


Una atracción uniforme y ciega, difundida en todas las partes de la materia, no podría servir para explicar cómo se ordenan estas partes para formar el cuerpo cuya organización es la más simple. Si todas tienen la misma tendencia, la misma fuerza, de unirse unas con las otras, ¿por qué estas forman el ojo, por qué aquellas la oreja?, ¿por qué ese maravilloso arreglo? Y ¿por qué no se unen todas ellas de cualquier manera? Si se quiere decir sobre esto cualquier cosa concebible, aunque basados en analogías, es preciso recurrir a algún principio de inteligencia, a alguna cosa semejante a lo que llamamos deseo, aversión, memoria.

Y como se ve venir la burla, la sorna y la incredulidad de los científicos de su época, los ataja desde el § XV:

No se alarmen con las palabras que acabo de pronunciar; no crean que quiero establecer aquí una opinión peligrosa. Ya oigo murmurar a todos aquellos que toman por un celo piadoso la obstinación en sus sentimientos, o la dificultad que tienen en recibir nuevas ideas. Dirán que se pierde todo si se admite el pensamiento en la materia, pero les pido que me escuchen y me respondan.

Solo pide a sus lectores que, antes de reírse de su hipótesis, tengan a bien meditarla y encajarla dentro de un sistema coherente de pensamiento. Porque si el creacionismo es una falacia, todo nos conduce al pampsiquismo:

En la explicación de los fenómenos sólo tenemos una regla a observar: que empleemos el menor número de principios y los principios más simples posibles. Pero, puede decirse, ¿es emplear principios simples admitir el pensamiento en la materia? Si se pudieran explicar los fenómenos sin esa propiedad, cometeríamos un error por admitirlo; si, suponiendo solo la extensión y el movimiento en la materia, podríamos ofrecer explicaciones suficientes, Descartes habría sido el mayor de todos los filósofos. Si al añadir las propiedades que otros fueron forzados a admitir podríamos quedar satisfechos, no deberíamos recurrir a unas nuevas propiedades: pero si, con todas esas propiedades, la naturaleza permanece inexplicable, no es infringir la regla que establecimos admitir nuevas propiedades. Una filosofía que no explica los fenómenos no podría jamás pasar por simple, y aquella que admite propiedades que la experiencia muestra ser necesarias nunca es suficientemente compuesta (§ XXIV).

Las elucidaciones del cartesianismo no eran suficientes. Con Newton se avanzó, pero la atracción gravitatoria no es la última palabra:

Los fenómenos más universales y más simples de la naturaleza, los fenómenos del choque de los cuerpos, no se han podido deducir de los principios propuestos por Descartes. Los otros filósofos tampoco fueron muy felices, hasta que se introdujo la atracción. Desde entonces se pudieron explicar todos los fenómenos celestes, y muchos de aquellos que se observan sobre la tierra. Cuantos más fenómenos tenemos que explicar, más se necesita cargar la materia con propiedades (§ XXV).

Cargar la materia con propiedades. Si no cargamos la vida dentro de la materia bruta, las afinidades electivas que llevaron a las moléculas a complejizarse más y más hasta transformarse en los primeros compuestos orgánicos no podrían explicarse ni siquiera apelando a las estadísticas y a la ley de probabilidades. La conclusión de Maupertuis es terminante:

Nunca se explicará la formación de algún cuerpo organizado solamente por las propiedades físicas de la materia: desde Epicuro hasta Descartes basta leer los escritos de todos los filósofos que lo intentaron para quedarse persuadidos (§ XXVIII)[1].


[1]  Estos parágrafos que acabo de citar del Sistema de la naturaleza de Maupertuis han sido extraídos del libro Historia de la biología comparada desde el Génesis hasta el Siglo de las Luces, de Nelson Papavero (coordinador), volumen IV, parte II. La obra de Maupertuis aparece en el apéndice IV.

No hay comentarios:

Publicar un comentario