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martes, 30 de julio de 2019

"Ética y estética son lo mismo"


“Ética y estética son lo mismo”, dice Wittgenstein en su Tractatus (§ 6.421). Esta es la única vez, en este libro, que escribe la palabra “estética”, de modo que nos quedamos sin saber por qué la equipara con la ética. Es una pena, porque yo también equiparo a la ética con la estética, en este sentido: una persona que realiza una acción noble o heroica produce generalmente placer en quien percibe la acción, pero para quien comprende que el acto ya estaba determinado desde el principio de los tiempos y que el actor no tiene mérito ninguno, porque fue solo un agente del destino, ese placer no está relacionado con la admiración o el orgullo, sino que pasa a ser un placer eminentemente estético, como el de la contemplación de una obra de arte o de un paisaje natural. Asimismo, las acciones malvadas producen un desagrado que, aunado a la convicción determinista, deja de estar acicateado por la indignación moral y muta en desagrado estético, como cuando escuchamos una sinfonía mal compuesta o mal interpretada, o como cuando saboreamos un bocado de algo completamente desagradable al paladar. Así es como, para mí, la ética y la estética pasan a ser lo mismo, aunque no creo que Wittgenstein se sintiese cómodo si alguien utilizase argumentos de esta naturaleza para justificar su afirmación precitada.

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