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lunes, 8 de julio de 2019

Wittgenstein y la irracionalidad de la praxis ética


Para Wittgenstein, comenta Enrique Calderón,

un acto heroico no debe ser la copia de un estado mental ejemplar que tenía en mente un héroe o una heroína antes de llevar a cabo su acción: pudo muy bien ser espontánea, sin calcular las consecuencias, sin buscar el reconocimiento o la fama etc. Es decir, no se necesitan mapas o guías mentales para dirigir toda la praxis, parecería afirmar Wittgenstein (La filosofía como terapia en Ludwig Wittgenstein, p. 88).

Aquí estoy de acuerdo con Wittgenstein, porque habla de la praxis ética, no de la teoría. El accionar ético más elevado no sabe de razones, no necesita mapas o guías. Sí los necesita, y en buena cantidad, el teórico de la ética, el que tiene la misión de explicar por qué aquel accionar ejecutado espontáneamente puede considerarse bueno.

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