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lunes, 27 de enero de 2020

Altruismo en los animales


Pero ¿es realmente un mal negocio, espiritualmente hablando, ser solidario? Frans de Waal no lo acepta:

A menudo me he preguntado de dónde puede proceder la idea del altruismo lesivo. Para el budismo, por ejemplo, es un anatema absoluto, ya que se supone que el ejercicio de la compasión nos llena de gozo. Este efecto no se limita a los adultos autorreflexivos, sino que se da también en los niños pequeños, que obtienen mayor satisfacción de dar regalos a otros que de recibirlos ellos (El bonobo y los diez mandamientos, p. 61).

Esto es verdadero dependiendo del niño: los hay quienes gozan regalando y quienes gozan más recibiendo. En el adulto equilibrado, en el que el espíritu está más afianzado y los resortes morales se despliegan en toda su extensión, el ejercicio de la compasión es inevitablemente placentero.

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