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viernes, 3 de enero de 2020

De documentos imprimidos y jugos expresos


Si digo “los documentos han sido imprimidos”, y alguien me corrige: “Se dice impresos”, yo retrucaría: “Muy bien; entonces cuando tenga usted que decir los pomelos han sido exprimidos, sírvase decir mejor, en honor a su regla, los pomelos han sido expresos”.
Muchos participios como este son temidos por los eruditos que prefieren la oralidad a la escritura. A quién no le ha pasado que, al hablar rápido, su cerebro olvide su filtro académico-gramatical y deje escapar participios como imprimido. Y esto no por ignorancia sino porque se trata de la construcción natural de la sintaxis lógica que aprendió nuestro cerebro de los participios de un verbo.
De todos modos, hace ya unos años la Real Academia Española aceptó el uso del participio imprimido, de modo que no quedo como burro cuando lo utilizo. ¿Para cuándo la aceptación académica de otros participios como abrido, rompido y escribido? Los niños no se cansan de utilizar estas palabras, y nosotros no nos cansamos de corregírselas, pero los niños, utilizando la lógica natural de nuestro lenguaje, son los que llevan la razón.

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