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viernes, 2 de marzo de 2012

¿Y si el mensaje se diluye?

"Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí".
Marcos, 3. 21

Nadie es profeta en su casa. Mírenlo si no al doctor Carlos Casanova Lenti, emblema viviente del naturismo hipocrático en América Latina. Su padre murió, diabético e hipertenso, de un paro cardíaco. “Sufrió por 15 años de presión elevada y era muy amigo de tomar drogas a pesar de mis continuas prevenciones” (Casanova Lenti, El alimento integral y crudo como medicina, p. 591). Y su madre, muerta de un linfosarcoma faríngeo con metástasis cerebral, tampoco creyó nunca en la sapiencia de su hijo: “No aceptó tratamiento natural. Fue tratada por otro médico. […] La muerte fue muy triste” (Ibíd., p. 587). ¡Vaya si debe de haber sido triste para él el ver a sus progenitores morir y sufrir por causas que podía perfectamente erradicar! Pero no todo es desilusión en la vida familiar del gran médico peruano: sus hijos, hoy día, continúan su camino, y ya doctorados, trabajan junto a él en su clínica.


La lección que pretendo hacer entender, y entender yo mismo sobre todo, es la siguiente: No desesperes si tu mensaje se diluye y no es tomado en cuenta ni siquiera por tus seres más queridos. Sólo será una señal de que la cosa está muy fría aún, de que no es llegado el tiempo todavía. Tus padres no creyeron en ti, tus hermanos no creen, pero creerán tus hijos. Ellos cosecharán la semilla que tú sembraste, y sembrarán a su vez la suya, y entonces no parecerá tan fútil tu labranza.

Claro está que yo no tengo hijos como el doctor Casanova, de carne y hueso, pero los tengo de papel y se cuentan ya por legión: son mis cuadernos de anotaciones. Y cada persona de carne y hueso que los lea se convertirá un poco en hijo mío, y cosechará lo que yo he sembrado. Y si resultase que sembré sólo malayerba, desbrozará para sembrar de nuevo. Sería entonces que el terreno, diezmado por tanto monocultivo, necesitaba un descanso.

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