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domingo, 11 de noviembre de 2012

Voltaire y sus mujeres


Explica a continuación Strauss el porqué del permanente influjo recibido por Voltaire de diferentes mujeres, y cómo fue posible que este influjo, que necesitaba del previo acercamiento material de las dos personas, se concretizara sin mayores desventuras:

Para un hombre como él, que carecía de hogar y no se sentía atraído por el matrimonio, era una necesidad muy natural encontrar cierto calor de intimidad en una casa amiga, cerca de una mujer que supiera estimarlo y mimarlo. En unos casos andaba de por medio el amor; en otros, no; la dama en cuestión era unas veces viuda y otras veces casada, pues, aunque el amor se mezclase en el juego, los maridos de aquel tiempo solían ser gente muy razonable (David Strauss, Voltaire, p. 34).

La razón campeaba en aquellos años y en esos países, campeaba incluso dentro de las cuestiones cornamentosas, en donde nos es, a nosotros, tan difícil imponerla. Maridos razonables, heridos quizá, pero siempre razonables: una especie en desgraciada extinción.

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