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lunes, 1 de abril de 2013

Una conjetura sobre la desaparición o la disminución de la homosexualidad en Occidente


Supongamos que la homosexualidad se presenta, dentro de los seres humanos, a partir de un gen o grupo de genes dispuestos para producir tal efecto. Si este es el caso, la homosexualidad tiende a extinguirse.
Desde mediados del siglo XX y hacia atrás (con algunas excepciones, como en la Grecia antigua), la homosexualidad estaba tan mal vista, que los homosexuales, para simular que no lo eran, necesitaban casarse y procrear. Esta procreación aseguraba la persistencia de la homosexualidad por vía genética. Hoy día, siendo que el homosexual, dentro de las civilizaciones occidentales de mayor jerarquía, tiende a ser tolerado cada vez con más respeto e inclusión, no necesita ya tanto el escudo de la procreación y tiende a formar pareja con otro hombre (o con otra mujer en el caso de las lesbianas) desinhibidamente, o a mantener relaciones promiscuas con varios de sus pares. En cualquier caso, sus genes no se reproducen, y entonces la homosexualidad, asfixiada curiosamente por el propio espíritu libertario y anti discriminatorio que ahora la cobija, tenderá a desaparecer o al menos a disminuir notoriamente. Todo esto, repito, en el caso de que la homosexualidad sea pura y exclusivamente de origen genético. Si es pura y exclusivamente de origen cultural, el anterior razonamiento no interesa, y si constituye un híbrido genético-cultural, el razonamiento presenta una validez parcial.

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