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miércoles, 28 de mayo de 2014

Carne y espíritu

Pocos días después de cumplir sus 80 años, anuncia Tolstoi la victoria en una de sus más encumbradas batallas:

Anoche y esta mañana, por primera vez sentí, precisamente sentí, que el centro de gravedad de mi vida se ha desplazado de la vida carnal a la vida espiritual: sentí mi total indiferencia por todo lo corporal y mi incesante interés por mi crecimiento espiritual (Diarios, (1895-1910), entrada del 14/9/1908).


Yo le creo a Tolstoi. Le creo... que al momento de redactar esa entrada tenía sitiados a sus apetitos carnales, pero no creo que haya podido dominarlos completamente de ahí en adelante y hasta el final de su vida. Y por lo demás, no creo que fuese deseable un tal dominio absoluto del espíritu por sobre la carne. Recordemos el aforismo de Lichtenberg: "La plebe se arruina por la carne que con demasiada apetencia va contra el espíritu, y el sabio por el espíritu que con demasiada apetencia va contra la carne”.

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