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viernes, 30 de mayo de 2014

Nuestros herederos

Escribe Tolstoi dirigiéndose a su esposa y a sus hijos (pero sospechando firmemente que no le harán mucho caso): "Ruego a mis herederos que, después de mi muerte, entreguen la tierra a los campesinos y que entreguen mis obras para que puedan usarse libremente, no solo las que yo ya he dado, sino todas, todas" (Diarios, 4/2/1909). Excepto por el hecho de que yo no soy ni seré un terrateniente, comparto el ruego de Tolstoi y lo hago extensivo a mis propios herederos.

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