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miércoles, 23 de julio de 2014

El trabajo físico como auyentador de los vicios

Escribe Tolstoi:

He estado releyendo mi diario de la época en la que buscaba la causa de las tentaciones. Todo es absurdo, la única [causa] es la ausencia de trabajo físico intenso. No aprecio suficiente la felicidad de estar libre de las tentaciones después del trabajo. Es una libertad que uno compra a buen precio con el cansancio y el dolor muscular (Diarios, 24/6/1884).


Pues te diré, hermano León: hace ya tres años que vengo trabajando en continuado, duro y parejo, de sol a sol, cortando lonas, acarreando lonas, soldando lonas, y el cansancio y la fatiga muscular que me producen tales tareas raramente impiden que después de la faena diaria emerjan las mismas tentaciones de siempre. Tu receta, a mí, no me funciona.

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