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domingo, 3 de abril de 2016

El canibalismo de los ingleses

Además de falta de personalidad, los ingleses presentan un notorio déficit imaginativo, que se traduce, por ejemplo, en sus hábitos alimenticios:

Yo creía que a los ingleses les gustaba mucho el roast-beef, las patatas y las coles. Pues no hay nada de eso. Lo mismo comerían cartón, si el cartón alimentara. Si estos ingleses no tienen imaginación en la cabeza, ¿cómo van a tenerla en el estómago? Desde tiempo inmemorial los ingleses vienen comiendo roast-beef porque todavía no se les ha ocurrido comer otra cosa. El roast-beef inglés representa una falta de capacidad imaginativa.
En el argot de París, a los ingleses se les llama roast-beef.
[...] Yo no había llegado a comprender toda la profundidad de esta expresión hasta que vine a Londres. En fuerza de comer roast-beef todos los días unas generaciones y otras en Inglaterra, los ingleses parece que, en efecto, han llegado a convertirse ellos mismos en roast-beef. Son como enormes trozos de roast-beef vivientes. Tienen el mismo color, la misma salud y la misma sensibilidad del roast-beef. Un inglés que se come un trozo de roast-beef me hace pensar en un antropófago que devora a un semejante (Julio Camba, Londres, p. 40).


El síndrome de la vaca loca (encefalopatía espongiforme bovina) comenzó en Inglaterra, y comenzó, parece ser, debido a que los ingleses les daban de comer a sus vacas, junto con los granos y la alfalfa, restos procesados de otras vacas que ya habían pasado a mejor vida. Atención entonces, porque si a las vacas se les agujerea el cerebro cuando practican el canibalismo, no sería extraño que los ingleses, siendo ellos unos roast-beef gigantes, de tanto comer chuletas comiencen a tener dificultades neurológicas, si es que ya no las están teniendo.

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