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sábado, 2 de abril de 2016

La personalidad de los ingleses

En un nuevo aniversario del comienzo de la Guerra de Malvinas, me vengo de los vencedores con esta crónica que Julio Camba escribió respecto de la personalidad, o mejor dicho de la carencia de personalidad que presentan casi todos los habitantes de Inglaterra:

Desde que he llegado a Londres, Inglaterra no deja de hacer esfuerzos para conquistarme. Por lo pronto, ya ha conseguido que yo me acueste y me levante temprano; que no coma pan y que me meta toda la cabeza hasta el pescuezo dentro de un sombrero hongo; pero esto no basta. Es preciso que yo sea un inglés. En Francia, España, en todas partes, uno es una persona cuando tiene personalidad. Aquí no se es persona mientras no se pierde la personalidad por entero. Inglaterra no consiente que haya en ella un hombre diferente de los otros, y en cuanto llega a Londres un extranjero, todo el mundo cae sobre él hasta reducirlo a la más mínima expresión. [...] Poco a poco este extranjero va conformándose al molde inglés y al cabo de algunos meses, ni trasnocha, ni ríe, ni se entusiasma, ni se indigna (Londres, p. 35).


Nosotros los argentinos trasnochamos mucho, reímos mucho, nos entusiasmamos mucho y (¡qué pecado!) nos indignamos mucho también. Y tal vez por eso perdimos la guerra.

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