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martes, 5 de abril de 2016

La frialdad de los ingleses

¿Y por qué será que son aburridos los ingleses? Probablemente porque viven en una tierra fría. A Julio Camba le tocó en Londres un día de 30 °C y notó con sorpresa que los ingleses, al calor, ya no son los mismos:

... Si el calor continúa, todas las virtudes inglesas van a desaparecer: la ecuanimidad, la laboriosidad, el espíritu de orden... Yo he visto a un inglés adormilado después del almuerzo, y este inglés me dijo que no tenía ganas de trabajar. Una inglesa, cerca de él, oía una tarantela que tocaban en la calle unos italianos, y suspiraba.
--¿Está usted triste?
--No sé lo que me pasa...
Yo pienso a veces, ante estos estados anormales de temperatura, que es que Dios se entretiene en hacer experimentos con los pueblos. "Hombre --debe de decirse Dios, por ejemplo--, voy a ver qué pasa poniendo a los ingleses a 30 grados de calor".
¡Qué experiencia tan curiosa si se prolongase durante algunos meses! Los ingleses se harían indolentes y violentos; las inglesas, lánguidas y apasionadas. No se tomaría más té en Inglaterra. No se preocuparía tanto la gente de guardar el self-control. Se les pondrían terrazas a los cafés para tomar el fresco por las tardes, y las calles de Londres perderían su aspecto utilitario. Habría paseantes. El carácter se haría excitable e impetuoso. Se discutiría a gritos [...]. ¡Hasta es posible que un día ocurriese en Londres un crimen pasional! Las virtudes inglesas son húmedas y frías, y yo estoy seguro de que no resistirían mucho tiempo una temperatura de 30 grados. No. Los ingleses dejarían de ser fríos, y, a la larga, hasta dejarían de ser rubios (Londres, p. 63).


Montesquieu tenía razón. Pongamos a los ingleses a treinta grados durante un par de generaciones... y tal vez logremos que nos devuelvan las Malvinas.

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