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domingo, 21 de agosto de 2016

Carnap y la impostura de algunos diz que metafísicos

En 1932, cuatro años después de su ensayo sobre La construcción lógica del mundo, escribió Carnap un artículo titulado "La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje" (incluido en El positivismo lógico, de Alfred Ayer). En dicho artículo se puede leer lo siguiente: "En el campo de la metafísica (incluyendo la filosofía de los valores y la ciencia normativa), el análisis lógico ha conducido al resultado negativo de que las pretendidas proposiciones de dicho campo son totalmente carentes de sentido". La crítica de Carnap apunta sus cañones directamente hacia la metafísica de Heidegger (su obra cumbre, El ser y el tiempo, había sido publicada en 1927) y también al sistema de Hegel. Cita, para ilustrar su tesis, un párrafo de Heidegger:

La nada es la negación de la totalidad de lo ente, lo absolutamente no-ente. Pero de este modo, ponemos a la nada bajo la determinación superior de lo negativo, esto es de lo que tiene carácter de no y, con ello, según parece, de lo negado. Ahora bien, según la doctrina dominante y nunca cuestionada de la «lógica», la negación es una acción específica del entendimiento. Entonces, al plantearnos la pregunta por la nada e incluso la pregunta por su cuestionabilidad, ¿cómo podemos pretender despedir al entendimiento? ¿Pero es tan seguro lo que estamos presuponiendo? ¿Representa el no, la negatividad, y con ella la negación, la superior determinación bajo la cual cae la nada como un modo particular de lo negado? ¿Sólo hay la nada porque hay el no, es decir, la negación? ¿O es más bien al contrario? ¿Sólo hay la negación y el no porque hay la nada? Todo esto no está decidido, ni siquiera ha alcanzado todavía la dignidad de pregunta expresa. Pero nosotros afirmamos que la nada es más originaria que el no y la negación (¿Qué es la metafísica?, 1929, pp. 4-5).

Vale también incluir aquí un aserto de Hegel: "El puro ser y la pura nada son lo mismo" (Ciencia de la lógica, libro I), que el mismo Heidegger encomia:

Esta frase de Hegel tiene toda legitimidad. Ser y nada se pertenecen mutuamente, pero no porque desde el punto de vista del concepto hegeliano del pensar coincidan los dos en su indeterminación e inmediatez, sino porque el propio ser es finito en su esencia y sólo se manifiesta en la trascendencia de ese Dasein que se mantiene fuera, que se arroja a la nada (ibíd., p. 12).

Ante semejantes dislates es lógico, es súperlogico, que Carnap rebaje a la metafísica y la considere inferior incluso a los cuentos de hadas y a los mitos:

Las proposiciones de los cuentos de hadas no entran en conflicto con la lógica sino solo con la experiencia; tienen pleno sentido aunque sean falsas. La metafísica no es tampoco una "superstición"; es perfectamente posible creer tanto en proposiciones verdaderas como en proposiciones falsas, pero no es posible creer en secuencias de palabras carentes de sentido.

¡Completamente de acuerdo! En lo que no estoy de acuerdo es en considerar a Hegel y a Heidegger como grandes metafísicos cuando no fueron sino grandes embaucadores. Todas esas frases pomposas, oscuras, abstractas, todas esas flatus vocis a que nos acostumbraron estos "pensadores" y sus acólitos han desprestigiado a la metafísica ante los ojos de quienes de metafísica nada conocen, como los positivistas lógicos por ejemplo, pero la han dejado incólume ante quienes han descubierto a tiempo la impostura.

Por un lado, los falsos metafísicos como Heidegger y Hegel; por el otro, los que reniegan de la metafísica como Carnap. Y en el medio los auténticos metafísicos, que dicen cosas claras, sin rodeos, con carne y con sustancia y a quienes las balas de los positivistas y los flatos de los charlatanes les pasan por arriba.

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