El pampsiquismo de los platónicos de
Cambridge es controvertido. Ralph Cudworth, el más conspicuo representante de
este grupo de pensadores religiosos,
explica que la teoría mecanicista
de la materia entendida correctamente conlleva lógicamente a la existencia de
la sustancia incorpórea, como lo hacía su amigo [Henry] More. En True Intellectual System Cudworth afirma
que la sola existencia de la materia en movimiento presupone la noción de algo
no material que la ponga en movimiento. De esta manera, tanto More como
Cudworth concuerdan en comprender lo espiritual como fundamento de lo material.
[...] Este tema se encuentra directamente relacionado con el concepto de
naturaleza plástica, propuesto por el autor, en el cual también se pueden
encontrar características afines al neoplatonismo, en tanto se comprende como
aquello que da unidad y orden al universo, una especie de alma del mundo (Natalia
Strok, “Eriúgena y los Platónicos de
Cambridge”, artículo disponible en Internet).
Sin embargo, según Jerome Schneewind estas naturalezas plásticas actúan
como si tuvieran inteligencia pero sin
conciencia (La invención de la
autonomía, X, 4). Lo mismo entendía William Sorley: la naturaleza plástica que postula Cudworth “persigue fines, pero no
tiene conciencia de ellos” (Historia de
la filosofía inglesa, p. 107). Si además de carecer de inteligencia y de
conciencia, tampoco tienen el atributo del deseo y la potestad de ir en busca
de lo que el deseo exige, el pampsiquismo se ha diluido por completo. Por
desgracia aún no he podido encontrar una traducción al español de la obra
cumbre de Cudworth como para interpretar por propia cuenta lo que quería dar a
entender este pensador cuando hablaba de “naturalezas plásticas”. Por ahora,
suspendo el juicio[1].
[1] (Nota
añadida el 24/3/18.) Cudworth
describe las naturalezas plásticas del siguiente modo: “Son sustancias
incorpóreas, espirituales, inconscientes; causas enérgicas, activas y
operativas, que obran inmediatamente en la materia muerta [...]. El cuerpo no
es más que extensión [...] o masa resistente, nada más que mera exterioridad,
[...] junto con capacidad pasiva; carece de energía interna, autoactividad o
vida; no es capaz de moverse a sí mismo y mucho menos de dirigir
artificialmente su propio movimiento” (Ralph Cudworth, True Intellectual System, citado por Bernardino Orio de Miguel en
“Lady Conway. Entre los platónicos de Cambridge y Leibniz”, artículo disponible
en internet). Después de semejante declaración, quedan pocas dudas respecto del
carácter no pampsiquista de la filosofía de Cudworth.
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