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martes, 26 de junio de 2018

Hitler como escritor


Las personas que leen poco por lo general no escriben bien, como es el caso de la mayoría de los periodistas, pero también están los que no escriben bien habiendo leído mucho, y este es el caso de Hitler. Mi lucha, su gran libro autobiográfico, es la prueba tangible de la baja intelectualidad y del rudimentario manejo de las letras que tenía este siniestro personaje.

En los trozos que se conservan del manuscrito original [...], el autor, que a la sazón contaba treinta y cinco años, aparece como un hombre de poca cultura que no ha llegado a dominar siquiera la ortografía básica ni muestra un conocimiento normal de la gramática. Estos textos inéditos están plagados de errores léxicos y sintácticos, por no hablar de la puntuación o del criterio para las mayúsculas, tan precaria la una como inexistente el otro (Timothy Ryback, Los libros de gran dictador, p. 105).

No se puede sacar aceite de las piedras. El que nace para pito, por mucho que lea, nunca llega a ser corneta.

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