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sábado, 22 de septiembre de 2018

Pessoa el inventor


Además de inventar poemas, a Pessoa también le gustaba inventar cosas más concretas. Su invención más notable fue el futbolín —como lo llaman en España— o metegol —como lo llamamos nosotros—. Ya en 1913 menciona esa idea, pero no la llevó a la práctica, seguramente por no contar con algún patrocinador que pusiera el dinero. Este juego

acabó patentado más tarde (enero de 1937), en Barcelona (España), por Alejandro Finisterre. Si Pessoa hubiese vivido más se hubiese lamentado mucho por no haber invertido en la comercialización de ese producto que el tiempo convertiría en un éxito absoluto (CF, pp. 512-3).

Yo también inventé un juego de fútbol, con tablero, fichas, ruleta y dados, complejísimo, y lo presenté a una casa especializada en juegos de mesa  en 1989, con la esperanza de que invirtieran dinero en su comercialización. (Ruibal es el nombre de la empresa, todavía existe). No prosperó la idea, pese a que había un claro interés en el juego, porque se me pedía simplificarlo más y más cada vez, hasta que me cansé y desistí. Aún conservo el tablero, las fichas y el reglamento, a la espera de que los juegos de mesa con temática futbolística, que actualmente han desaparecido por causa de las PlayStation, resuciten.

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