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martes, 24 de junio de 2014

Tolstoi, experto en lascivia

No logro dominar la lujuria, más aún porque esta pasión, en mí, se ha convertido en costumbre.
León Tolstoi, Diarios, 19/6/1850
 
Si existió alguien que pudiese definir la lascivia, ese alguien era León Tolstoi:
 
"Lascivo" no es una injuria, sino [...] un estado de inquietud, de curiosidad y de necesidad de novedad, que se desprende de relaciones que tienen como fin el placer no con una persona, sino con muchas. Como el alcohólico (Diarios, 19/8/1889).
 
Pero la comparación con el alcohólico no es del todo exacta, porque un alcohólico puede tomar vino y nada más que vino, o cerveza, o whisky o lo que sea, sin jamás serle infiel a su bebida de cabecera, mientras que una persona lujuriosa, por definición, anhela la variedad, desea yogar con cuanta persona se le cruza por su camino --de preferencia, personas desconocidas.

Continúo la entrada en donde la dejé: "Uno puede intentar contenerse, pero un alcohólico es un alcohólico y un lascivo es un lascivo: en cuanto bajan la guardia, recaen. Yo soy un lascivo". Yo también. Y mi guardia, desde hace unos tres años, está bien alta y no me permite sucumbir a ninguno de los platillos que se me ofrecen. ¡Pero me muero de ganas!...

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