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sábado, 7 de septiembre de 2019

La simpatía de Wittgenstein por el pragmatismo


La filosofía business-like de Wittgenstein deriva del pragmatismo. El primer gran pragmatista, Charles Peirce, había dicho: “La esencia de la creencia es el asentamiento de un hábito; y las diferentes creencias se distinguen por los diferentes modos de acción a que dan lugar” (El hombre, un signo, p. 207). William James siguió este camino, y Wittgenstein a través de él. Un estudioso del pensador austríaco cree ver en sus ideas doce características netamente pragmatistas, entre las cuales figura

la concepción de que las creencias son disposiciones para actuar y no representaciones mentales de la realidad. […] Para entender un concepto (por ejemplo, ‘causalidad’, ‘libertad’, ‘voluntad’, etc.), no es necesario recurrir a experiencias puras, como en la tradición empirista, ni tampoco a intuiciones inmediatas, como en la tradición racionalista, sino a formas de comportamiento social asociadas con él (Pablo Quintanilla, “Wittgenstein y la autonomía de la voluntad”, artículo disponible en internet).

Estas características pragmatistas, según Quintanilla, se acentuaron en Wittgenstein en su último libro, Sobre la certeza, escrito en parte a su regreso de un viaje que hiciera por los Estados Unidos de América en 1949. Parece que el viaje lo pragmatizó más de la cuenta.
Como si no fuera difícil entender a Wittgenstein sin tener que cargar con el pragmatismo…[1]


[1] Según Carlos Cardona, este enfoque de Quintanilla que relaciona a Wittgenstein con el pragmatismo es tendencioso: “El intento de hallar visos pragmatistas en la obra de Wittgenstein se apoya en una estrategia que consiste en evaluar las anotaciones de Wittgenstein por fuera de los contextos particulares en los que fueron concebidas” (“Salvando a Wittgenstein de Quintanilla”, artículo disponible en internet).


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