Siempre se dice que lo mejor que se puede hacer para elevar nuestros
niveles de vitamina D es tomar sol, lo que es una inconcusa verdad, pero se
omite un siguiente paso fundamental: después de tomar sol, no bañarse:
El Dr. Joseph Mercola ilustra técnicamente la cuestión de la
síntesis de esta vitamina. “Es importante entender que la
vitamina D3 es una hormona esteroide soluble en aceite. Se forma cuando su piel
es expuesta a la radiación ultravioleta B (UVB) proveniente
del sol [...]. Cuando los rayos UVB tocan la superficie de su piel, esta convierte
un derivado de colesterol en vitamina D3. Sin embargo, la vitamina D3 que se forma sobre la superficie de
su piel no penetra inmediatamente por su torrente
sanguíneo. De hecho, necesita ser absorbida de la superficie de su piel hacia
su torrente sanguíneo. Entonces, la pregunta clave es: ¿Cuánto tiempo le toma a
la vitamina D3 penetrar su piel y llegar
hasta su torrente sanguíneo? Si está pensando en una o dos
horas, está muy equivocado. Porque nueva evidencia demuestra que toma más de 48 horas absorber la mayor parte de la vitamina D que fue producida por la
exposición solar. Por lo tanto, si
usted se baña con jabón, simplemente limpiará la mayor parte de la vitamina D3
que produjo su piel y disminuirá los beneficios de la exposición al
sol. Así que para optimizar su nivel de vitamina D,
usted necesita evitar bañarse con jabón por dos días
completos después de la exposición al sol” (Néstor
Palmetti, Cuerpo saludable, p. 381).
Instintivamente, siempre me disgustó esa
costumbre moderna de bañarse demasiado seguido, y ahora entiendo mejor por qué me
disgustaba. Después de tomar sol, nada de zambullirse en la piscina o tomar una
ducha; a lo sumo lavarse la ingle, las axilas y los pies, que son las áreas que
producen los olores más desagradables, pero el resto de la epidermis tiene que
quedar, por dos días, virgen de enjabonadas si es que queremos en lo futuro evitar
la chochez (algunos estudios asocian el Alzheimer con la deficiencia de esta
vitamina).