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jueves, 1 de febrero de 2018

El cuerpo de Dios


Leo a Gustav Fechner:

Si el mundo, la tierra a nuestro alrededor, es una tumba, entonces en la muerte el alma cae con el cuerpo en esa tumba; si el mundo alrededor nuestro es el cuerpo vivo de Dios, y la tierra alrededor nuestro una parte de ese cuerpo con alma divina, si lo inferior está incluido en lo superior, y finalmente todo tanto aquí como allá está incluido en Dios, entonces nuestra muerte es solo un caso particular del cambio de materia y del cambio de asiento espiritual en el cuerpo vivo de Dios, una caminata desde la estrecha celda hasta la casa más amplia (La cuestión del alma, cap. VII, p. 132).

Una sublime visión poética de la cuestión metafísica por excelencia. Y por ser tan bella, aumentan las posibilidades de que sea verdadera.

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