Y perdón, nuevamente, por
el vuelo gallináceo que implican estas reflexiones de orden político en
comparación con las de orden filosófico. Mi presente aún me impide reflexionar
con profundidad (ya llevo cinco años cargando esta impedimenta, desde la muerte
de mi padre) y entonces reflexiono sobre política, para lo cual no se necesita
gran profundidad ni gran cabeza. No por nada la reflexión política está a la
orden del día en los programas televisivos y la reflexión filosófica o
científica brillan por su ausencia.
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