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jueves, 21 de febrero de 2019

Edgar Poe y los poemas extensos


Edgar Poe explica por qué, según su punto de vista, un poema demasiado largo no tiene razón de ser:

Sostengo que no existe poema extenso. Afirmo que la expresión “poema extenso” no es más que una contradicción de términos. Apenas necesito hacer notar que un poema merece esta denominación en la medida en que estimula y eleva el alma. El valor del poema se halla en relación con el estímulo sublime que produce. Pero todas las excitaciones son, por necesidad psíquica, efímeras. El grado de excitación que hace a un poema merecedor de este nombre no puede ser mantenido a lo largo de una composición extensa (“El principio poético”, ensayo incluido en una compilación de su obra titulada Ensayos y críticas).

Las ritmas que yo escribí se adaptan al criterio de Poe, excepto la que va como apéndice al libro sexto y que titulé “Lo mismo pero ritmado”. Pero no sé si estoy de acuerdo con esta imposibilidad de los poemas extensos que plantea el gran poeta estadounidense. Las excitaciones fuertes son por necesidad breves, en eso coincidimos, pero entre excitación y excitación puede haber mesetas. Un poema extenso puede ser como un subir y bajar continuo desde la montaña a la llanura. No nos podrá conmover el poema como un todo, pero sí de a ratos, y con eso ya cumplirá el requisito fundamental para que sea considerado poema.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Genio oculto, pueblo inculto


Pocos días después del fallecimiento de Pessoa, el 5 de diciembre de 1935, la Emisora Nacional (de radiodifusión) de Lisboa emitió un boletín que decía esto entre otras cosas:

Fernando Pessoa reunía en su extraordinaria personalidad —sin duda la más compleja de la literatura portuguesa— todos los elementos de la atracción intelectual. Cuando el gran público desconoce a un gran poeta, la culpa nunca es del poeta. Solo hay genios ocultos en pueblos incultos (citado por José Paulo Cavalcanti Filho en Fernando Pessoa: casi una autobiografía, p. 737).

Pero muchos, tal vez la mayoría, de los genios literarios permanecieron ocultos para sus contemporáneos, lo que simplemente significa que casi todos los pueblos de la tierra, presentes y pasados, han sido demasiado, vergonzosamente incultos. Y si yo estoy aquí ahora escribiendo en lugar de estar soldando lonas es porque ansío, desde lo más profundo de mi corazón, que la incultura popular mengüe o desaparezca.