Pocos días después del fallecimiento de Pessoa, el 5 de diciembre
de 1935, la Emisora Nacional (de radiodifusión) de Lisboa emitió un boletín que
decía esto entre otras cosas:
Fernando Pessoa
reunía en su extraordinaria personalidad —sin duda la más compleja de la
literatura portuguesa— todos los elementos de la atracción intelectual. Cuando
el gran público desconoce a un gran poeta, la culpa nunca es del poeta. Solo
hay genios ocultos en pueblos incultos (citado por José Paulo Cavalcanti Filho
en Fernando Pessoa: casi una
autobiografía, p. 737).
Pero muchos, tal vez la mayoría, de los genios literarios
permanecieron ocultos para sus contemporáneos, lo que simplemente significa que
casi todos los pueblos de la tierra, presentes y pasados, han sido demasiado,
vergonzosamente incultos. Y si yo estoy aquí ahora escribiendo en lugar de
estar soldando lonas es porque ansío, desde lo más profundo de mi corazón, que
la incultura popular mengüe o desaparezca.
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