El capitalismo dice: A cada cual según sus méritos. Cuanto
más meritoria sea la labor de una persona, mayor riqueza poseerá. Las riquezas
son el premio al mérito. El marxismo contrapone a este principio, otro de muy
diferente naturaleza: De cada cual según
sus capacidades; a cada cual según sus necesidades (Karl Marx, Crítica del programa de Gotha). Una
persona, por muy meritoria que sea, no recibirá como recompensa a su trabajo
cotidiano nada más ni nada menos que lo estrictamente necesario para su
subsistencia material y espiritual, de modo que podrá suceder, en una sociedad
estrictamente marxista, que un asalariado torpe, lerdo y poco dotado
intelectualmente, pero con grandes necesidades, gane más dinero que otro mucho
más ágil, servicial e inteligente que no necesite tanto para bien vivir. Vemos
así que el marxismo (en la teoría), por dejar de lado tan radicalmente a la
meritocracia, se acerca mucho más al ideal de la vida social plena, armoniosa y
pacífica que el sistema de reparto de ganancias que propone el capitalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario