Mi estimado y admirado Joaquín Sabina:
Creo que al fin te has unido --mal que te pese-- a nuestro grupo de cobardones que planea vivir cien años. ¡Enhorabuena! Te has automedicado con aquellas tus famosas pastillas para no soñar. Pero ¿dónde las conseguiste? Mi farmacéutico de confianza no las conoce, y a mí me urge tomarlas.
Hola... Soy el señor Bolaños y tengo que decir que este blog me parece fantástico y súper creativo. Su autor va por buen camino. ¡Felicitaciones!
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