El Estado es
impersonal: el argentino solo concibe una relación personal. Por eso, para él,
robar dineros públicos no es un crimen.
Jorge Borges, Otras inquisiciones
Como en una comedia
de Alberto Sordi o Vittorio Gassman, como en una película de cine bizarro, los argentinos tenemos que tolerar
a José López revoleando nueve millones de dólares por sobre la tapia de un
convento. ¡Ay, Cristina, Cristina!...
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