¿Y por qué será que
son aburridos los ingleses? Probablemente porque viven en una tierra fría. A
Julio Camba le tocó en Londres un día de 30 °C y notó con sorpresa que los
ingleses, al calor, ya no son los mismos:
... Si el
calor continúa, todas las virtudes inglesas van a desaparecer: la ecuanimidad,
la laboriosidad, el espíritu de orden... Yo he visto a un inglés adormilado
después del almuerzo, y este inglés me dijo que no tenía ganas de trabajar. Una
inglesa, cerca de él, oía una tarantela que tocaban en la calle unos italianos,
y suspiraba.
--¿Está
usted triste?
--No sé lo
que me pasa...
Yo pienso a
veces, ante estos estados anormales de temperatura, que es que Dios se
entretiene en hacer experimentos con los pueblos. "Hombre --debe de
decirse Dios, por ejemplo--, voy a ver qué pasa poniendo a los ingleses a 30
grados de calor".
¡Qué
experiencia tan curiosa si se prolongase durante algunos meses! Los ingleses se
harían indolentes y violentos; las inglesas, lánguidas y apasionadas. No se
tomaría más té en Inglaterra. No se preocuparía tanto la gente de guardar el self-control. Se les pondrían terrazas a
los cafés para tomar el fresco por las tardes, y las calles de Londres
perderían su aspecto utilitario. Habría paseantes. El carácter se haría excitable
e impetuoso. Se discutiría a gritos [...]. ¡Hasta es posible que un día
ocurriese en Londres un crimen pasional! Las virtudes inglesas son húmedas y
frías, y yo estoy seguro de que no resistirían mucho tiempo una temperatura de
30 grados. No. Los ingleses dejarían de ser fríos, y, a la larga, hasta
dejarían de ser rubios (Londres, p.
63).
Montesquieu tenía
razón. Pongamos a los ingleses a treinta grados durante un par de
generaciones... y tal vez logremos que nos devuelvan las Malvinas.
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