Pero para disfrutar plenamente a Julio Camba hay que leerlo pausado, no
más de dos o tres artículos por semana, que es el mismo período que él
utilizaba para escribirlos. De otro modo uno se satura y su literatura no
aprovecha del todo. Alguien escribió cierta vez respecto de mi diario que
conviene leerlo de a poco:
La literatura del señor Cornelio es algo así
como un enorme plasma condensado, como un coágulo; se asimila mejor de a
trocitos, las jornadas de lectura maratónica no le hacen justicia y empalagan
agriamente al lector. Siguiendo este consejo se podrán evitar numerosos
malentendidos y se les sacarán a estas páginas buena parte del jugo que
contienen.
Yo digo ahora lo mismo
respecto de los artículos de Camba.
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