La actual presidenta de los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, presentó esta semana, ha pedido de la Oficina Anticorrupción, su nueva declaración jurada. Cito al diario La Nación del día 7/8/12:
La presidenta Cristina Kirchner heredó de su marido, Néstor Kirchner, 31.637.916 pesos. Así se desprende de su última declaración jurada de bienes ante la Oficina Anticorrupción, la primera presentada tras la sucesión de los bienes que tenía la pareja presidencial.
En estos casos corresponde que la cónyuge reciba el 50 por ciento de los bienes y de las deudas del marido y la otra mitad se reparta entre los hijos en partes iguales. Así, en su declaración jurada, la Presidenta declara un patrimonio total propio de 39.572.589 pesos[1].
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Los bienes declarados ante la Oficina Anticorrupción se corresponden con el patrimonio presidencial hasta el 31 de diciembre de 2011.
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La presidenta declara haber obtenido en 2011 ingresos por 3.985.803 pesos en concepto de alquileres de las innumerables propiedades que tenía Néstor Kirchner en Santa Cruz.
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La palabra herencia es la más repetida en la declaración jurada de bienes presidencial a la hora de explicar el origen de los fondos con los que incorporó al patrimonio sus bienes.
Así, sólo figuran como obtenidos con ingresos propios 35.000 pesos en efectivo y la mitad de su casa de Río Gallegos, adquirida en 1979, y la mitad de un departamento en Recoleta. El resto es herencia de Néstor Kirchner, donde se destacan la mitad de su camioneta Honda CRV y la mitad de casas, locales, departamentos y terrenos en Río Gallegos, El Calafate y Buenos Aires.
En esa larga lista de 28 propiedades se destacan lotes de hasta 47.000 metros cuadrados en El Calafate, con valuaciones fiscales de exiguos 3700 o 2440 pesos. También está declarado el 50 por ciento de la casa familiar de El Calafate donde murió Néstor Kirchner. Esa vivienda, de 520 metros cuadrados, tiene mejoras declaradas por 289.354 pesos. La Presidenta aclaró que las mejoras corresponden a las incorporadas a partir de la declaración de herederos y las posteriores hasta el 31 de diciembre de 2012.
28 propiedades en un país en el que la mayoría de la gente no posee ni una sola… ¿Qué decir, ante semejante fortuna declarada? Nada, porque ya lo dijo todo --y mucho antes de que se conociesen estos nuevos números-- José Pablo Feinmann, pensador afín al gobierno que no pudo disimular, en un rapto de sinceridad, su perplejidad de hombre de izquierda que defiende lo indefendible: “Es muy incómodo adherir al gobierno de dos multimillonarios que están comandando un gobierno nacional, popular y democrático y te hablan del hambre"[2].
[1] Al cambio oficial, serían algo así como 8 millones y medio de dólares.
[2]Estas palabras aparecieron en una nota publicada por la edición digital del diario La Nación del 24/12/11. Aparecida la nota, Feinmann quiso desmentir el sentido de algunos conceptos que allí se le atribuyen desde un artículo publicado en el diario Página 12 (ver "El puñal en la espalda", 28/12/11), pero a mi juicio no supo cómo hacerlo y la embarró peor todavía. Por su parte, el autor de la nota, Ricardo Cánepa, salió al cruce también con su propia nota (ver "Conmigo no, Feinmann", edición digital del diario La Nación, 28/12/11), en la cual aparece, para desgracia de Feinmann, la grabación en video de la entrevista. Allí se lo ve a Feinmann, se ve su boca, pronunciando estas palabras: "No me parece un tema menor (el del crecimiento patrimonial de los Kirchner). Habría que hacer un muy buen análisis de cómo creció ese patrimonio, que alguien demuestre con qué mecánica se hizo la extracción ilegal. Eso me tranquilizaría mucho más. Me dolió cuando se habló de un hotel de dos millones de dólares que pertenecía a Néstor Kirchner. Pero no me duele tanto: no tengo mi causa total comprometida con los Kirchner y estoy acostumbrado a que los líderes en los que uno confía hagan también grandes macanas. Yo creí, o quise creer, en Perón. Fijate cómo me fue y cómo nos fue a todos. La cabeza, a esta altura, no la doy por nadie. Uno sufre con estas cosas porque desearía que se aclaren y que ellos digan: «Esto viene de acá». Y que les quiten la incomodidad a los que adhieren al Gobierno porque es muy incómodo adherir a un gobierno de dos gobernantes multimillonarios que están comandando un gobierno nacional, popular y democrático, y que te hablan del hambre. Por ejemplo, cuando Cristina dice que es la primera que renuncia a los subsidios, sería muy bueno un acto simbólico: «Yo doy 10 millones de dólares para hacer un barrio en tal lugar»". La verdad y la sensatez a veces brotan como un vómito, inesperadamente y a disgusto, para dejarnos luego un sabor amargo en la boca. Amargo para los que piensan, como Feinmann, que las verdades y las sensateces, en determinadas ocasiones, es mejor no vomitarlas.
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