Yo
quiero ser un héroe,
que
toda la gente se crea
que
tomo solo vino del peor.
Que
soy un bolchevique,
que
no me importa el dinero
y
que me gusta mucho el rock'n roll.
Ratones
paranoicos, Ya morí
El peor momento del Indio Solari. No
por su enfermedad, sino porque al fin salió a la luz su hipocresía y su
avaricia. En el recital de Olavarría se vendieron 200.000 entradas a $800 cada
una, con lo que tenemos la cifra de $160.000.000 de recaudación bruta. Diez
millones de dólares por una sola presentación. ¿No es capaz, con ese dinero que
le ingresa, de contratar una cantidad considerable de personal de control para
colocar en los accesos del predio, o de disponer de molinetes electrónicos o de
algún sistema fiable para que no ingresen los consabidos colados o los que,
conociendo la endeblez del sistema, compraron a sabiendas entradas
falsificadas? (el predio estaba habilitado para el ingreso de 200.000 personas,
pero se calcula que había 300.000). No. Siempre, desde que yo mismo acudía a
los recitales de Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota en los años 80 y 90, la
organización y la logística fueron caóticas y no había heridos graves de
casualidad. Ahora los hay, y hay muertos también, porque a Solari siempre le
importó tres carajos la vida de sus seguidores; solo quiere recaudar y
recaudar, trabajar un día por año para luego pasar el resto del mismo haciendo
compras en la Quinta Avenida. ¿Y este se dice leninista? ¿Y este levanta
proclamas en favor de los gobiernos “populares” cuando lo único que hace es
exprimir a sus fans cobrándoles entradas costosísimas e invirtiendo treinta
pesos en seguridad y servicios? Todo por avaricia. Y encima su talento hace
veinte años que salió de paseo y no regresa.
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