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domingo, 5 de marzo de 2017

Arroz

Cito a Vaz Ferreira:

 

En aquellos tiempos [fines del siglo XIX], lo único que alimentaba eran las substancias albuminosas: la carne, los huevos, la leche; la verdura no alimentaba. Bien: los médicos tenían el perfecto derecho de equivocarse en ese caso y en miles de otros casos, como se equivocan los físicos, los químicos y todos los hombres de ciencia; hasta los astrónomos y los matemáticos. Por consiguiente, lo que nos llama la atención no es el error; pero sí el estado de espíritu en que se profesaba el error; la falta de base científica de la creencia, la falta de observación, y, sin embargo, el grado de convicción que existía con respecto a ella. Y recuerdo este caso, que cito como típico entre centenares que tengo recogidos: se le pregunta a un médico si el arroz alimenta; respuesta: “Ponérselo en el estómago es lo mismo que ponérselo en el bolsillo” (Moral para intelectuales, pp. 53-4).

 


Dice Vaz Ferreira que occidente se tomó en serio al arroz como alimento después de la guerra ruso-japonesa. Yo no necesito una guerra para convencerme de las bondades nutritivas del arroz (integral). Y hasta tanto no esté preparado sicológicamente para ingresar a un crudivorismo exclusivo, el arroz seguirá siendo una parte esencial de mi dieta, y uno de mis cereales favoritos.

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