“Las intuiciones
irracionales —dice Carnap— no pueden ser llamadas «conocimiento»”, a menos que
tengan “la forma de proposiciones cuya verdad o falsedad se pueda decidir” (La construcción lógica del mundo, parág.
181). Las intuiciones intelectuales que yo postulo, y que son irracionales en
el sentido de que no es mi razón la que me las indica, tienen forma de
proposiciones y su verdad o falsedad se puede decidir. No por medio de la
experiencia, pero yo puedo decidir si tal proposición metafísica es verdadera o
falsa de acuerdo a otros considerandos. No estoy libre del yerro, puedo suponer
que tal proposición metafísica es verdadera cuando en realidad es falsa y
viceversa, pero eso no me inhabilita para considerar esta búsqueda como un
intento de conocimiento. Errar es humano, y los científicos, intentando conocer
(en el sentido ortodoxo del término), también yerran, a pesar de que sus
proposiciones son empíricamente contrastables.
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