¿Cuál
había sido el objetivo de la revolución francesa? Varios, pero el principal era
la eliminación de los privilegios de la nobleza. Se eliminó, sí, a la nobleza,
pero no desaparecieron ni los privilegios ni los aristócratas:
Se pretende que el instinto de
igualdad es en los franceses muy particularmente poderoso. Esto no les ha
impedido, sin embargo, elevar sobre las ruinas de su antigua nobleza otra
nueva, que efectivamente no tiene títulos ni escudos, pero que posee todos los
atributos esenciales de una aristocracia, y cuyos abuelos, por terrible ironía
de la historia, fueron precisamente los más despiadados fanáticos igualitarios
de la gran revolución.
Paso por alto,
porque salta a la vista, de los regicidas de la Convención, de aquellos con los
que formó Bonaparte su aristocracia imperial
sobre el modelo de la nobleza histórica. Me refiero a las familias en las que
son hereditarias la influencia política y la riqueza, a partir de la gran
revolución, solo porque sus abuelos jugaron en ella un papel más o menos
importante. Buscad los nombres de los que hace cuatro generaciones han
gobernado la Francia como senadores, ministros, diputados o altos funcionarios,
y os admiraréis de encontrar en ellos muchos apellidos que datan de 1789. Así,
los Carnot, los Cambon, los Andrieux, los Brisson, los Besson, los Perier, los
Arago, etc., han fundado dinastías políticas de gran importancia; pero los que
conocen a los actuales propietarios de estos nombres, saben que solamente a
ellos deben la posición que en el Estado ocupan (Max Nordau, Las mentiras convencionales de la
civilización, tomo I, p. 163).
Una prueba más
de que las revoluciones políticas no revolucionan nada, como no sea la
jerarquía económica y social de quienes las encabezan.
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