Qué terrible
veneno para la mente es la literatura moderna.
León Tolstoi, Diario íntimo,
29/9/1910
La necedad del culto a la actualidad, denunciada por
Tolstoi:
Una de las principales causas de la mediocridad de la gente de nuestro
medio intelectual es que siempre están a la caza de lo actual, siempre quieren
conocer o por lo menos tener una noción de lo que se ha escrito recientemente
[...]. Y se escriben montañas de libros sobre cada tema. [...] Y hay que darse
prisa y leerlos. Y son cerros. Y esta prisa y esta forma de llenarse la cabeza
con una actualidad vulgar, confusa, excluye cualquier posibilidad de un
conocimiento serio, verdadero, necesario. Y, se podría pensar, qué obvio es el
error. Tenemos los resultados del pensamiento de los más grandes pensadores,
que durante milenios se han distinguido de millones y millones de personas, y
estos resultados del pensamiento de estos grandes hombres han pasado por la
criba y el tamiz del tiempo. Se ha desechado todo lo mediocre, únicamente ha
quedado lo que es original, profundo, necesario. Han quedado los Vedas,
Zoroastro, Buda, Lao-Tsé, Confucio, Meng-tse, Cristo, Mahoma, Sócrates, Marco
Aurelio, Epicteto, y los nuevos: Rousseau, Pascal, Kant, Schopenhauer y muchos
otros. Y la gente que persigue la actualidad no conoce nada de eso, y se
atiborra la cabeza con salvado y con residuos que pasarán por la criba y de los
que no quedará nada (ibíd.,
23/10/1909).
Los libros --decía Schopenhauer-- no son como los huevos, no es
necesario consumirlos frescos. Antes al contrario, es preferible consumirlos,
como recomienda Tolstoi, ya tamizados por la criba del tiempo. ¡Pero qué
difícil es meter esto en la cabeza de nuestros adoradores del dios Actualidad!
No solo no leen libros añejos, tampoco leen los actuales. Apenas leen los
periódicos, los artículos periodísticos. ¡Mamma
mía!
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