En el ensayo
de Enrique Calderón que estoy citando, La
filosofía como terapia en Ludwig Wittgenstein, la frase como es sabido se repite treinta y cinco
veces. El ensayo consta de ciento setenta páginas, o sea que la muletilla
aparece, en promedio, cada cinco páginas. Una vez, incluso, aparece en dos
oraciones sucesivas[1]. ¿Nadie le avisa?
¿Él mismo no se da cuenta? Esta es una tesis doctoral presentada ante la
Universidad Autónoma de Madrid, no es cualquier monografía que un desconocido
podría subir a internet. Pero bueno, así escriben, sin cuidarse demasiado de
las formas, muchos de los jóvenes intelectuales de hoy día.
[1] Hay que sumar además otras variantes de la
misma expresión, como es conocido,
como es archiconocido, como se sabe, que se repiten en nueve
ocasiones.
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