Se dice por ahí —y yo escribí
varios artículos al respecto— que la filosofía de Nietzsche es bastante
compatible con la filosofía del nacionalsocialismo alemán. Julio Camba es más
osado todavía. Para él, el nacionalsocialismo alemán es perfectamente
compatible con la idiosincrasia del alemán medio, y la filosofía de Nietzsche
no hace más que adular a esta idiosincrasia. El nacionalsocialismo era la justa
consecuencia de esta idiosincrasia que el alemán medio ostentaba allá por
principios del siglo xx (y que esperemos que ya no la ostente, pero estas cosas
no sé si desaparecen tan fácilmente). Nietzsche solamente hizo de partera, de
comadrona. El pueblo alemán abrió las piernas … y salió Hitler.
¡Nietzsche! Su genio es
considerado por muchos un genio latino, mediterráneo. A mí ningún escritor me
da una impresión más grande de lo que pudiéramos llamar alemanismo. Su filosofía es la filosofía de este pueblo fuerte,
grande, sano, joven y lleno de apetitos. Cada alemán es un nietzscheano, aunque
nunca haya leído a Nietzsche. Lo es orgánicamente, por el peso, por la
estatura, por los músculos, por el estómago. Cuando un alemán va por la calle
–un alemán típico–, parece como si fuera repitiendo la máxima de Nietzsche:
«Perezcan los débiles». Y si los débiles no se apartan, pues perecen. «Perezcan
los débiles: he aquí el principio de nuestro amor al hombre…» Yo no puedo leer
esto sin representarme un batallón alemán en marcha. Todo ejército es un poco
nietzscheano, como todo ejército es un poco alemán; pero el ejército alemán es
nietzscheano especialmente. […] El alemán es nietzscheano orgánicamente, como
lo es el gato con respecto a la rata. La moral de sus músculos, su moral
orgánica, es nietzscheana pura, y el genio de Nietzsche es un producto alemán
auténtico. Made in Germany
(“Nietzsche el solitario”, artículo incluido en el compendio intitulado Alemania. Impresiones de un español).
Y lo más revelador de todo es que este artículo fue escrito
antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, cuando Hitler era apenas un
pobre pintor fracasado. Además de un gran articulista, Julio Camba fue un
estupendo sicólogo social.
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