Tanto Pessoa
como Poe eran alcohólicos y escribían brillantemente. Pero ¿escribían
brillantemente en medio de su embriaguez? Abelardo Castillo lo niega:
No se puede escribir estando borracho. Eso lo sé bien,
porque he sido un gran bebedor. [...] Si uno no es capaz de sostener una
lapicera o acertarle a las teclas de la máquina, o cree ver pasar una tortuga o
un elefante rosado es porque no está en la mejor disposición para la creación
literaria, que exige una enorme lucidez, tenacidad y horas de permanecer bien
despierto. No creo en los escritores borrachos ni drogadictos. [...] Lo que ocurre es que a esos
escritores o artistas se los ve ebrios cuando no están trabajando. Cuando salen
de su partitura o de su libro. Entonces se emborrachan, y hasta pueden caer en
una alcantarilla, como le pasó a Poe. ¿Pero quién lo veía cuando escribía sus
cuentos, que son muchísimos, y escritos además en un período muy breve? [...].
Esa no es la obra de un demente ni un borracho (https://www.pagina12.com.ar/2001/01-07/01-07-15/pag35.htm).
Coincido con Castillo en que no se puede
escribir coherentemente cuando está uno completamente alcoholizado, pero sí se
puede escribir muy buena literatura estando uno achispado. El achispamiento es
el paso previo a la embriaguez, un estado en el que la sensibilidad se agudiza
y los pensamientos y las palabras corren más armónicos, más lubricados. En ese
estado, me parece, solía escribir Pessoa (Poe quizás no, porque no bebía tan
profusamente como el portugués).
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