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sábado, 25 de abril de 2020

La relación entre Ser y tiempo y el nazismo


Que «Ser y tiempo» sea --o no sea-- soporte conceptual del discurso nacional-socialista, es algo de muy distinta dimensión al trivial dato de afiliación personal de Martin Heidegger.
Gabriel Albiac, “«Heidegger y los judíos», un nazismo metafísico”

Karl Löwith, uno de los discípulos favoritos de Heidegger, con el que además trabó una sincera amistad, tuvo que emigrar de Alemania en 1936 debido a su condición de judío. Estuvo unos meses en Roma, en donde tuvo la oportunidad de rencontrarse con su exmaestro y preguntarle acerca de su compromiso con el nazismo. El más notable biógrafo de Heidegger relata cómo fue aquella reunión entre estos dos camaradas, uno judío y el otro nazi:

Heidegger y él eran buenos conocidos, habían sido amigos durante mucho tiempo, desde 1919, antes de que tuvieran ocasión de tratarse como alumno y profesor. Tenían muchos puntos de contacto: las vacaciones conjuntas en la casa de Szilasi junto al lago de Starnberg, por ejemplo. Además, Löwith había quedado muchas veces al cuidado de los hijos pequeños de Heidegger. Pero ahora, sus diferencias políticas salían a la luz en toda su intensidad: la señora Heidegger saludó al judío Löwith «con una reserva tan cortés como fría». Y lo más llamativo es que Heidegger no se quitó ni un segundo la cruz gamada: «por lo que se ve, no se le vino a las mientes que la cruz gamada no venía a cuento cuando se trataba de pasar el día domingo». Durante la conversación, Löwith dejó bien claro la posición de cada cual: para él, la toma de partido de Heidegger en favor del nacionalsocialismo ya subyacía en la esencia de su filosofía. [...] Karl Löwith escribió estas frases en 1940, cuando el recuerdo aún estaba fresco y se había agudizado a través de experiencias dolorosas y su corazón estaba embargado de dolor por el fatal compromiso contraído por su profesor. Su preciso diagnóstico era pues que la filosofía de Heidegger guardaba una estrecha vinculación con el nacionalsocialismo (Hugo Ott, Martin Heidegger: en camino hacia su biografía, pp. 146-7).

Agrega Löwith un detalle no menor: “Heidegger me dio la razón y me indicó que su concepto de la «historicidad» era la base de su «compromiso» político”[1]. Si le creemos a Löwith (por mi parte, no tengo por qué dudar de su palabra), ya tenemos una pista acerca de la filosofía intrínseca que discurre, soterrada, por debajo de la prosa indescifrable de Ser y tiempo[2].


[1] Dicho concepto aparece desarrollado entre el § 74 y el § 76 de Ser y tiempo.
[2] George Steiner parece apoyar a Löwith: "La evidencia es, creo, incontrovertible: había una relación real entre el lenguaje y la visión de Sein und Zeit, en particular de sus últimas secciones, y los del nazismo. Quienes nieguen esto o son ciegos o son embusteros" (Heidegger, p. 89). Sin embargo, afirma Steiner (p. 86) que a pesar de la voluminosa biografía sobre la injerencia de Heidegger en el nazismo, aún hay que probar “qué relación existe, si existe alguna, entre la ontología esencial de Sein und Zeit y esta injerencia”.

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