Robert Gallo se defendía de quienes lo
consideran un embaucador emparentando a quienes apoyan la hipótesis no vírica
con los actuales simpatizantes del nazismo:
Análogo
al negacionismo del holocausto, el negacionismo del SIDA es un insulto a la
memoria de quienes han muerto de SIDA, así como a la dignidad de sus familias,
amigos y sobrevivientes. Al igual que con el negacionismo del Holocausto,
el negacionismo del SIDA es pseudocientífico y contradice un inmenso cuerpo de
investigación (Robert Gallo y otros, “Errores en el artículo de Celia Farber de marzo de 2006 en la revista
Harper”, artículo disponible en internet[1]).
Mayor insulto a la memoria de quienes han muerto de sida
es, por ejemplo, el AZT, que ha matado a innumerables personas que sin él
habrían vivido normalmente. Personas como Gallo, que han aprobado, de manera
apresurada y sin la correcta constatación de sus efectos adversos, la utilización
de estos compuestos como medicamentos contra el sida, son quienes insultan
constantemente a quienes han muerto por causa de esta enfermedad.
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