Mi familia en Viena está con
graves problemas.
Ludwig
Wittgenstein, carta a George Moore del 19 de octubre de 1938
Los días previos al estallido de la Segunda Guerra
Mundial los pasó Wittgenstein en Dublín con su amigo Maurice Drury. Recordando
aquellas jornadas,
Drury
escribe que en la tarde del 10 de marzo le dijo a Wittgenstein que todos los
periódicos informaban que Hitler estaba a punto de invadir Austria.
Wittgenstein replicó, con una candidez pasmosa: “Es un rumor ridículo. Hitler
no quiere Austria. Austria no le serviría de nada”. La tarde siguiente, según
Drury, tuvo que decirle que Hitler finalmente se había apoderado de Austria (RM, p.
259).
Esto nos da una idea bastante acertada de los conocimientos
geopolíticos que poseía Wittgenstein en aquel entonces. Pero hay más. Drury,
enterado del origen judío de la familia de Wittgenstein, que residía en Viena,
le preguntó si estarían en peligro ante la ocupación, a lo que su amigo
contestó con una extraordinaria despreocupación: “Son muy respetados, nadie se
atrevería a tocarlos”. Pero se atrevieron, y dos de sus hermanas estuvieron a
punto de ser llevadas a un campo de concentración (Cf. RM, pp. 367-8.). Y esto nos da
otra idea, también bastante acertada, de los conocimientos de psicología social
que poseía Wittgenstein en aquel entonces[1].
[1] Según Monk,
Wittgenstein conocía el interés de Hitler por invadir Austria, y sabía que de
darse la invasión sus hermanas estarían en peligro, pero se disfrazó de ingenuo
y "le dio esta engañosa impresión a Drury porque no
deseaba añadir leña a las cargas que Drury soportaba". Bueno, si lo dice
su biógrafo, tal vez haya sido así, pero permítaseme plantear la duda sobre si
no fue real la ingenuidad del autor del Tractatus.
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