Según Wittgenstein, la
especialidad del judío es el ocultamiento:
Algunas veces se ha dicho que el disimulo y
la ocultación de los judíos han sido producidos por la larga persecución. De
hecho, esto es falso; en cambio es evidentemente cierto que solo existen, a
pesar de esta persecución, porque tienen inclinación a esta ocultación. Como
podría decirse que un animal no se ha extinguido porque tiene la posibilidad o
capacidad de ocultarse. Con ello, en modo alguno quiero decir, desde luego, que
haya que alabar por ello tal posibilidad (Aforismos,
p. 62).
Si esto es realmente así no lo sabemos, pero sabemos que
existe un pensador indio, nacionalizado estadounidense, que supone que el
ocultamiento proverbial del judío se refleja en la obra del judío Wittgenstein.
Este pensador se llama Ranjit Chatterjee y ha
escrito un libro, Wittgenstein and Judaism: A Triumph of Concealment
(Wittgenstein y el judaísmo: El triunfo de la ocultación), en el
que afirma que Wittgenstein ocultaba su vida privada y sus juicios de valor por
razones emparentadas a su concepción hebrea sobre lo que debe o no debe
decirse. El judío, dice Chatterjee, además de ser
especialista en ocultarse él mismo, se especializa también en ocultar al
profano el significado de sus textos sagrados. Yo no he podido acceder a este
libro (creo que no existe traducción al español), pero un recensor del mismo me
informa que
en los capítulos tres, cuatro y cinco, Chatterjee
expone las semejanzas entre las preocupaciones filosóficas de Wittgenstein y
cuestiones típicamente halájicas, por ejemplo, la preocupación por lo que se
puede y no se puede decir (isur veHeter), por
el estado de los textos escritos y su utilización. El énfasis en la apertura
del texto para interpretar es una característica capital tanto en el
pensamiento de Wittgenstein como en la tradición hermenéutica judía. A modo de
ejemplo, la comparación entre la concepción de los límites del Tractatus, la doctrina de Maimonides y su correlación
con la teología negativa es a menudo esclarecedora. Chatterjee destaca (p.116)
la comunión entre el filósofo y la tradición hebrea respecto la Ley Oral, donde
el concepto de que un texto escrito está incompleto permanece mientras no
suceda la interpretación oral (Jorge Zeballos Stepankowsky, “Sobre Wittgenstein y
su judeidad: una tesis radical”, artículo disponible en Internet).
Admitiendo la hipótesis de Chatterjee, que
no viene a contradecir sino a complementar otra hipótesis ya expuesta (véase la
entrada del 10/4/19), tal vez podamos explicarnos un poco mejor la renuencia
que presentaba Wittgenstein a exponer su pensamiento ético de manera explícita
por escrito, mientras que como profesor en Cambridge, rodeado de fieles
discípulos, espetaba oralmente una seguidilla infinita de recomendaciones
conductuales[1].
[1] Los escritos de Wittgenstein serían simplemente glosas, comentarios,
del gran Libro de la Vida, cuyas páginas no admiten lectura, porque son
inescrutables racionalmente. Wittgenstein no dice lo que estas páginas contienen, sino que lo muestra, o intenta mostrarlo. Esta
manera de entender la filosofía, su manera religiosa de entenderla, la habría
tomado también de los judíos: "Si Chaterjee tiene razón, que Wittgenstein
caracterice la labor del judío como reproductiva y entienda que la creación es
ajena al espíritu judío se explica por el conocimiento que tenía de la postura
tradicional judía. De acuerdo con ella la mente judía dedica todo su esfuerzo
al comentario, la clarificación y el análisis de los textos bíblicos, que no
son creación propia; se abstiene de escribir libros o, dicho de otro modo, todo
lo que escribe es una interpretación del único libro. Más aún, toda la base del
movimiento rabínico descansa en la interpretación: las instituciones políticas,
jurídicas, religiosas, la justificación de su historia y su destino, su
esperanza en el futuro, su sistema de valores, etc., son un efecto de la
interpretación” (Noemí
Calabuig Cañestro, "Influencias
de Weininger en la concepción wittgensteiniana del judaísmo", artículo
disponible en Internet).
No hay comentarios:
Publicar un comentario