Wittgenstein había estudiado ingeniería en Berlín y se había
inscrito en la Universidad de Manchester, en donde estaba dispuesto a seguir la
especialización de ingeniería aeronáutica. Pero luego leyó algunos libros
filosóficos —Schopenhauer fue decisivo— y se despertó su interés por esta rama
del conocimiento. En 1911 visitó a Frege y este le recomendó estudiar con
Russell en Cambridge.
Wittgenstein siguió el consejo y pasó tres períodos de estudio en el Trinity College
entre 1912 y 1913. Sin embargo, su vocación todavía no estaba definida, y para
afianzarla fue decisiva la opinión de Russell:
Al final de su primer período de
estudio en Cambridge se me acercó y me dijo: “¿Sería usted tan amable de
decirme si soy un completo idiota o no?” Yo le repliqué: “Mi querido compañero
de college, no lo sé. ¿Por qué me lo
pregunta?” Él me dijo: “Porque si soy un completo idiota me haré ingeniero
aeronáutico; pero, si no lo soy, me haré filósofo”. Le dije que me escribiera
algo durante las vacaciones sobre algún tema filosófico y que entonces le diría
si era un completo idiota o no. Al comienzo del siguiente período lectivo me
trajo el cumplimiento de esta sugerencia. Después de leer solo una frase, le
dije: “No. Usted no debe hacerse ingeniero aeronáutico” (Bertrand Russell, Retratos de memoria y otros ensayos, pp.
26-7).
Nunca
son decentes las mentiras, pero si Russell le hubiese mentido diciéndole que
era un completo idiota, Wittgenstein se habría hecho ingeniero aeronáutico y la
filosofía se habría ahorrado unos cuantos malentendidos.
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