Wittgenstein
utiliza una proposición extrañísima: "Si algo sucede, es indudable que
puede suceder", para graficar la verbosidad inútil del lenguaje
filosófico. “Suena —dice— como si tuviese algún significado muy claro y
profundo, pero, como la mayor parte de las proposiciones filosóficas, carece de
sentido, excepto en casos muy especiales” (Los
cuadernos azul y marrón, p. 155). Esa proposición, por muy hegeliana que
suene, no pisa suelo metafísico, es apenas una burda tautología. Tomando en
consideración este tipo de juicios, perdiendo el tiempo con ellos en lugar de
analizar proposiciones metafísicas enjundiosas (del tipo “los espíritus de los
seres animados operan teleológicamente”, por poner un ejemplo), es evidente que
llegará a la conclusión de que la metafísica es pura cháchara.
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